Biología
Artículos individuales.
John Cargua
LUCA no se refiere a un ejemplar en específico, sino a un tipo de organismos unicelulares que comenzaron a dividirse y a partir de ahí evolucionaron durante miles de millones de años hasta dar origen a los seres vivos que vemos hoy, todos los seres vivos compartimos el mismo código genético, así que, de alguna manera, todos tenemos algo de LUCA.
"La mera presencia o ausencia (de esta proteína) nos permite deducir información acerca de la temperatura óptima para el crecimiento de organismos extintos hace mucho tiempo, incluso tan lejanos como LUCA", dice el informe de los expertos.
¿CUÁL FUE EL PRIMER SER VIVO EN EL PLANETA?
Su nombre es LUCA («Last Ultimate Common Ancestor»,
el último antepasado común) y es el organismo del que descendemos
todos los seres vivos de la Tierra. Durante décadas, los investigadores
han tratado de determinar las características de este ser excepcional, y los
mecanismos que le permitieron "estrenar" y propagar la vida tal y
como la conocemos.
Ahora, y gracias a un estudio recién publicado por
un equipo de investigadores alemanes en « Nature Microbiology», estamos más cerca
que nunca de tener un «retrato genético» de LUCA.
Aunque no todos están del todo convencidos de su exactitud. Según el estudio,
nuestro primer antepasado fue un microorganismo muy simple y que probablemente
vivió hace unos 4.000 millones de años junto a una chimenea hidrotermal en el
fondo de los primitivos océanos terrestres.
El «retrato» se obtuvo tras el estudio y
clasificación sistemática de más de seis millones de genes,
de los que los investigadores extrajeron los 355 que creen que pudieron
pertenecer a LUCA. Los genes, en efecto, cambian en el tiempo de una forma que
puede preveerse y calcularse, lo que significa que comparar secuencias
genéticas de organismos vivientes puede permitir a los científicos formular
hipótesis sobre criaturas que no hay forma de estudiar directamente.
Por eso, el equipo dirigido por William Martin, de
la Universidad alemana Heinrich Heine, se centró en los genes de los dos mayores
(y más antiguos) grupos de organismos unicelulares que
existen: bacterias y arqueas. Según afirman en «Nature Microbiology», es
muy probable que LUCA perteneciera a una de estas dos grandes familias.
Con todo ese material en la mano, los investigadores construyeron árboles filogenéticos (similares a un
árbol genealógico) para cada uno de los genes evaluados,
y determinaron cuáles de ellos estaban presentes tanto en bacterias como en
arqueas. De ese modo, identificaron hasta 355 genes comunes y que, por lo
tanto, debieron pertenecer a un antepasado común de ambos grupos.
Un organismo muy simple
Los 355 genes sugieren que LUCA fue un organismo
muy simple que podía sobrevivir sin oxígeno, obteniendo energía a partir del
dióxido de carbono, hidrógeno y otros gases calientes expulsados por la Tierra
a través de fisuras en la corteza terrestre en el fondo del océano. LUCA,
además, poseía una enzima que le permitía sobrevivir a
temperaturas muy elevadas, incluso de varios cientos de grados, y que la
hacía dependiente de los elementos metálicos, como el hierro. Organismos
parecidos abundan aún en la actualidad, y resulta curioso pensar que su
existencia se consideraba imposible hasta hace apenas cuarenta años, cuando aún
se pensaba que todas las formas de vida necesitaban luz y oxígeno para
sobrevivir.
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